jueves, 2 de junio de 2011

14. RODIL


El drama fue estrenado, en el Teatro Principal, la noche del  martes enero 13 1852, en beneficio del actor Camilo Estruch, aunque Palma, en La bohemia de mi tiempo (TPC, p 1302), sostiene que fue en 1851.  Ni El Comercio ni  El Correo de Lima, donde colaboraba Palma, reseñaron la función de estreno. Parece que Rodil fue aplaudido por su  crítica oportunista a la Ley de represión, aprobada en agosto 29 y publicada en setiembre 23 1851, durante el gobierno del presidente Echenique. La pieza no se volvió a escenificar,  ni colmó las expectativas de Palma; lo cual no fue óbice para que éste, ganoso de publicidad, le dirigiera una carta a don Camilo Estruch, que apareció en enero 14 1852, en la sección Comunicados  de  El Comercio.
                Manuel Atanasio Fuentes, con el seudónimo de Aristófano, publicó en EC 5 cartas dirigidas a Palma. En la 1ª carta (EC, enero 14 1852, n° 3,750, p 3, 5), le decía: «También juzgo que no ha sido poco lo que ha puesto de su parte para embellecer tu “sublime Rodil  no precisamente intercalando sus ideas en el campo de tus bellas inspiraciones, que esto fuera mengua para preciado poeta, ni lavándolas de las impurezas con que nace todo lo que nace, porque a mi entender sus manos no son de aquellas que tienen el privilejio de limpiar, ni... blanqueándote la cara que te semeja tanto a D. Alejandro Dumas y del cual te crees digno émulo como dicen algunos». Alejandro Dumas tenía sangre negra. Lo de “blanqueándote la cara que te semeja tanto a D. Alejandro Dumas” era una clara alusión al color  de Palma.
                Había calificado de “tiranía” al gobierno del presidente Echenique, cuyo ministro de guerra era nada menos que el general de brigada  don Juan Crisóstomo Torrico. Palma no tuvo ningún empacho en estampar el nombre  de este ilustre personaje  en su relamida Dedicatoria. Hay que imaginar qué cara pondría el citado general de brigada al escuchar los versos que un actor del Rodil declamaba protestando contra la “tiranía” del presidente Echenique y su famosa ley de represión. Hay que imaginar qué cara pondría el citado general de brigada al recibir de manos de Palma el ejemplar dedicado del Rodil.
                La ley de represión debió ser como la escopeta de 2 cañones de Ño Ambrosio. Las subversivas cuartetas no fueron prohibidas. Y  Palma pudo darse el lujo de salir con éxito la noche de un fatídico martes 13, nada menos. Un éxito efímero, es cierto, pero éxito al fin. El drama no volvió a exhibirse. Se le retiró de la cartelera. El autor no fue castigado por la “tiranía” del presidente Echenique. A Palma le hubiera gustado que la noche del estreno lo metieran en chirona,  o algo parecido. El presidente ¡cuco él! no pisó el palito. Se hizo el desentendido. Siguió como las propias rosas.

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