Palma publicó en El Correo de Ultramar (año 18, t XIV, n° 354, 1859, p 251, dL 1859) una versión corregida de La querida del pirata. Tradición peruana. En el mismo periódico (año 18, t XIV, n° 355, 1859, p 267, dL 1859) también publicó una versión corregida de Consolación. Página de una historia del alma. Hasta el día de hoy las versiones más antiguas que conozco de La querida del pirata (1855?) y de Consolación (1851) son las que aparecieron en El Correo de Ultramar. A ambas, y por separado, Palma las dató en 1859, el año en que vieron la luz en El Correo de Ultramar. Hizo trampa. A la 2ª le cambió la data 3 veces para que pareciera inédita.
La amistad con los desterrados hispanoamericanos fue de enorme utilidad para Palma. Cuando éstos volvían a su lugar de origen, o continuaban el exilio voluntario en otras capitales, llevaban en sus maletas los originales de las tradiciones, que el humorista limeño quería hacer conocer en el extranjero. Por conducto de Julio Arboleda, Palma logró que El Correo de Ultramar de París, que circulaba por toda Latinoamérica, en 1859, le publicara Consolación (1851) y La querida del pirata (1855?). El escritor colombiano ya había conseguido que su poema Gonzalo de Oyón embelleciera las columnas de El Correo de Ultramar (t XIII, n° 348, año 18, 1859, p 86-7).
Los periódicos y revistas de la época acostumbraban copiarse unos a otros los artículos de mayor fama o popularidad. De esta manera Palma era leído casi simultáneamente en los grandes diarios y revistas de Buenos Aires, Santiago de Chile, México, Nueva York, Caracas, Bogotá, Quito, Montevideo y La Habana. En una fecha tan temprana como 1859 Palma ya ocupaba las páginas de El Correo de Ultramar. Yo no he podido encontrar, en Lima, la colección completa de este periódico. No descarto la posibilidad de que antes de la fecha antedicha Palma ya fuera su colaborador asiduo.
Antes de aparecer la edición limeña de la I serie de Tradiciones (1872), los editores hispanoamericanos y europeos ya reproducían las producciones palmistas. Cuando tuvieron en sus manos el breve volumen de la I serie de Tradiciones no vacilaron en reproducir, día por día, casi cada uno de los 18 textos que lo componían. Y otro tanto sucedió cuando apareció la II serie de Tradiciones, en 1874, de 500 ejemplares. De este modo, y por obra y gracia de la prensa, Palma llegó a ser el autor peruano más conocido en el extranjero. De este modo, también, los periódicos y revistas de la época hacían caldo gordo con las tradiciones de Palma, que no recibía ninguna remuneración por su trabajo.
Palma acogía en los periódicos y revistas de su ciudad natal las colaboraciones de sus colegas argentinos, ecuatorianos, chilenos o colombianos. Cuando Palma estuvo exilado en Valparaíso (diciembre 20 1860-octubre 27 1862), hizo conocer en la prensa de esa nación sureña las producciones de los poetas y escritores peruanos, bolivianos y ecuatorianos.
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