jueves, 2 de junio de 2011

18. LA PRIMERA PREBENDA


Palma escribía en los diarios desde 1848. La composición A Melgar del libro Poesías (1855) está datada en Lima, 1853, y dedicada a “mi respetable amigo el Doctor, don Miguel del Carpio y Melgar” (Feliú Cruz, 1933: t II, p 5), quien, siendo ministro de Castilla (1845-51), le consiguió “una plaza de amanuense en un ministerio” (Riva-Agüero, 1962: t II, p 367). En 1853, durante la presidencia del  general Echenique, lo hizo nombrar oficial del cuerpo político de la Armada, con 32 pesos de sueldo (La bohemia de mi tiempo, capítulo V, en TPC, p 1299) El padre de Palma era mercachifle (López Martínez, 1988b: p A2), y no podía sufragar los gastos de formación profesional en el Convictorio de San Carlos. A los 20 años, para ganarse la vida, el hijo tuvo que truncar sus estudios. Se metió de contador de nuestra armada,  desde marzo 3 1853 a julio 6 1865 (López Martínez, 1986: p 7; Harth   Bedoya, 1992: p 165-6). Dice Palma: “A dos o tres de nosotros nos obsequió don Miguel del Carpio, y sin que lo solicitáramos, que en eso está el realce de su acción, unas canonjías de merced, que no otra cosa eran los títulos o nombramientos de oficiales del Cuerpo político de la Armada. Conviene   ¾decía Carpio¾  que la Nación favorezca a estos muchachos, que son casi pobres de solemnidad, con un sueldecito que les permita seguir estudiando sin ser gravosos a sus familias; y, en efecto, recibíamos mensualmente treinta y dos pesos (que era la mitad del haber íntegro de esos canónigos) y teníamos derecho para usar el bonito uniforme de oficiales de Marina. El Gobierno no ocupaba en el servicio activo sino a los que así lo pretendían; y los favorecidos bohemios seguíamos nuestros estudios en el colegio, muy contentos con comer de la sopa boba del presupuesto, lejos del mar y de los buques de guerra. || Era el 7 de febrero de 1852, día de mi  cumpleaños, y don Miguel me había invitado a su mesa. Junto a mi cubierto, vi un pliego lacrado y con sello ministerial. Don Miguel sabía dar estas sorpresas con una delicadeza que ya no se usa. El porqué un año más tarde (y a los veinte de mi edad) abandoné el colegio y, haciendo uso del título encerrado en aquel pliego, serví activamente en la Escuadra, resignándome a ser presupuestívoro, no es para referido en estas páginas. Eso no se relaciona con la literatura, sino con el corazón y las calaveradas de la mocedad”. (La bohemia de mi tiempo, capítulo V, en TPC, p 1299). Las afirmaciones de  Palma encubren conocidísimas prebendas de la época de oro del guano. Debo efectuar algunas precisiones:
                (1)  Palma adelantó en más de un año  la fecha de su  nombramiento como oficial 3° del Cuerpo Político de la Armada Nacional, pues aconteció  en marzo 16 1853, y no en febrero 7 1852. Dice la resolución: «José Rufino Echenique, etc. Atendiendo a las adtitudes [sic] de D. Manuel Ricardo Palma he venido en nombrarle oficial 3° del Cuerpo Político de la Armada Nacional, etc. Por tanto, [etc.]. Dado en la [enmendado] Casa de Gobierno en el Callao a 16 de marzo de 1853. José R. Echenique. Juan Crisóstomo Torrico». (Holguín Callo, 1994: p 460). El sic  es del biógrafo de Palma.
                (2)  Según Palma, en los patriarcales tiempos del presidente Echenique, no tuvo que pedir ni tramitar el ansiado nombramiento. Cayó como llovido del cielo, encerrado en un sobre lacrado, en la opípara mesa del ministro don Miguel del Carpio y  Melgar, justo en el día en que el futuro tradicionista cumplía 19 años de  edad.
(3) En el nombramiento  figura el general Juan Crisóstomo Torrico, ministro de guerra, a quien Palma, en 1851, había dedicado su drama Rodil: “Al señor / Jeneral [sic] de Brigada / don Juan Crisóstomo Torrico / Señor: / El drama que tengo el honor de dedicaros, recuerda uno de los más notables episodios de la lucha que dio por resultado la Independencia del Perú. Si el acierto no ha correspondido al vasto y profundo campo que se me presentaba, culpad solo a la pobreza de mi ingenio. || Feliz yo si os dignáis aceptar esta dedicatoria, escudando con vuestro ilustre nombre la humildad de mi escrito. || Manuel Ricardo Palma”.

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